Ella

Ella era una de esas chicas que pasaba perdiendo el tiempo dando oportunidades y teniendo la esperanza de hechos y personas que jamás cambiarán. No se daba cuenta que por más pura que fuera su alma, cada vez su corazón se hacía más oscuro, lleno de heridas y golpes, cansado de que siempre sucediera la misma historia, de que nada de lo que su alma ilusa imaginaba fuese verdad. Por eso era un niña tonta, valorando todo y a la vez nada, amando desenfrenadamente pero con miedo a amarse, pensando en los demás y nunca en ella misma, en definitiva era una niña muy tonta. Ella es de esas personas valiosas, pero también es de esas que valen tanto oro que al mismo tiempo no valen nada. Por eso no era importante luchar por ella, ¿para qué tener un trofeo en las manos que no se sabe valorar?, o uno de esos jarrones de porcelana que no puedes ni tocar. En definitiva no lo vale, para nada vale tener tanta maravilla y ver su valor desperdiciado. De verdad no entiendo como Ella permitía todo esto en su vida, como Ella misma pisoteaba sus anhelos y deseos por una tonta necesidad de ser amada, nada más eso: una estúpida necesidad de ser amada por la persona equivocada. A Ella le hieren las palabras que él le dice, le molesta su actitud, le incomoda su trabajo, le dan asco sus hábitos, y aún así está ahí, a su lado, caminando con la cabeza agachada, sintiéndose inferior, destrozada, poca cosa. Ella debería ser la princesa del cuento, pero al parecer es la villana de una historia de la cual ni siquiera se siente orgullosa, una historia que nadie quiere escuchar y que solo tiene que vivir y callar. Todo debido una estúpida necesidad de ser amada. Por eso queriendo nunca vivir en la oscuridad decidió esconderse en las sombras, por eso queriendo ser amada decidió no volver a amar, por eso queriendo sentir la vida, prefirió morir por dentro, y darle la oportunidad a su corazón de seguir latiendo sin motivos, callando a su alma, asesinando su ilusión.

Por: Lu García