Aquel recuerdo de él

Después de salir de mi casa, me dirijo hacia la parada del bus que me lleva para la universidad, pasaron ocho minutos y finalmente llega el bus, lo único que pensaba era que ojalá hubiese asientos disponibles y ese día estuve de suerte, me senté, me puse mis audífonos y puse las típicas canciones que te ponen más triste de lo que estas, durante todo el camino pensaba en esa persona que me hacía sentir tan bien como nadie nunca lo había hecho, pero, ¿por qué no estamos juntos? ¿Por qué no me quiere, si la pasamos de maravilla? Esas y muchas otras preguntas me hacía a diario, lo único que quería era entenderlo, el dolor era muy fuerte que llego el momento en el que se me salieron las lágrimas, no me importaba que había personas en el bus que me iban a ver, hasta que vi que se iba a subir una persona que yo conocía desde el colegio, rápidamente me limpie mis lágrimas y fingí estar bien, ella me saluda y se sienta al lado mío, yo estaba feliz de verla y comienzo a conversar con ella, hasta se me olvido en lo que estaba pensando, ella se tuvo que bajar del bus y yo tenía que seguir. Solo era llegar a la universidad y rogarle a la vida que no me permitiera verlo porque si lo veía no sabía qué hacer, si saludarlo o ignorarlo, yo sabía que él no quería nada conmigo a pesar de que nos gustábamos, porque si no hubiese sido así no me fuera besado y al cuestionarme cada vez más el porqué no podíamos estar junto me ponía cada vez más triste.

Pasaban los días y no sabía nada de él, éramos como dos desconocidos, solo lo veía desde lejos y sin querer mi corazón se comenzaba acelerar y así fue por mucho tiempo hasta que deje de verlo. Pasaron los meses y yo no pensaba en él hasta que un día saliendo de clase nos vimos de frente, yo me puse muy nerviosa y pensaba que ya no sentía nada por él, pero mi corazón se aceleró otra vez, él me miro a los ojos y continuó caminando lo mismo hice yo sin sentirme mal y comprendí que el que quiere estar está y por el contrario que no vuelva.

Por: Alejandra Bermudez