No existe duda de que actualmente en Colombia, están pasando sucesos que quedarán en la historia. La unión de un pueblo que al unísono alza la voz por las injusticias de la corrupción. Muchos piensan que este conflicto se originó hace poco, y que la violencia que hoy vemos es nueva en el territorio Colombiano. Pero citando a (George Santayana): “El que no conoce su historia, está condenado a repetirla.” Una parte del pueblo Colombiano desconoce cómo la violencia ha marcado cada una de las páginas de su historia. Lo podemos evidenciar en el libro el olvido que seremos, donde el autor nos da un vistazo hacia el pasado, y con él nos muestra cada uno de los conflictos que tuvo Colombia en su época, y nos damos cuenta de que a pesar de que el contexto, la época y demás factor hacen diferentes los sucesos que han estado pasando, con los antiguos; La esencia de la lucha es la misma. Son jóvenes, estudiantes y trabajadores. Colombianos en busca de un mejor futuro, no solo para ellos, sino para el país entero y todas sus generaciones. Y en cada una de esas luchas se ve como la violencia surge para opacar esa voz que se alza, ocultándose de las otras generaciones, haciendo que el pueblo calle y olvide.
El olvido que seremos, nos muestra la violencia en la que estaba sumida Colombia. El cómo tener una ideología o una postura política diferente a la de la oligarquía te condenaba a muerte. Y cómo esa misma postura política les daba el derecho a quitarle la vida a una persona inocente. Antes se hacían llamar paramilitares, personas que salían a las calles a “defender su país”; Ahora tiempo después, esa misma creencia está intacta, y el modo en que operan es el mismo, pero con diferente nombre. Se hacen llamar los ciudadanos de bien, aquellos que niegan ser paramilitares, pero salen con armas a las calles a disparar a los protestantes que alzan su voz. En la historia de Colombia todos estos hechos están marcados porque “lo que se escribe con sangre no se puede borrar” (Abad - 2006) Y Colombia está aprendiendo a que olvidar está mal, si queremos cambiar.
El libro igualmente nos enseña que nuestras ideologías deben ser fuertes, que por lo que pensamos y soñamos se debe luchar. Nos deja una lección de vida que muchos en estos tiempos la aplican. En el libro hay una frase que dice “Si me mataran por lo que hago, ¿No sería una muerte hermosa?” (Abad - 2006). La dice el padre del autor y nos hace alusión de que, existen temas por los cuales hay que enfrentarse a graves situaciones, uno de esos, es tener el sueño de cambiar el país. El sueño que muchos tenemos, pero que callamos por miedo a que nuestra vida sea arrebatada como las de todas esas personas que han muerto en cada una de las protestas en Colombia. Nuestros dirigentes nos han inculcado el miedo al conocimiento y a la autonomía. Pero el pueblo se ha levantado con el pensamiento de que se prefiere morir a que este sueño sea arrebatado una vez más. Y así como hoy en Colombia hay personas que se unen, salen a las calles y luchan, ayer también había personas que luchaban como el doctor Héctor Abad, ejemplo de lucha, coraje y amor.
En conclusión, Colombia necesita cambios, pero ese cambio que todos buscamos no se logra, ni se logrará con violencia. Se hace con unión y arte, culturizando y dando a conocer la historia, porque sin conocimiento se desconoce el motivo de la lucha. Colombia debe conocer su historia, y debe crear una nueva, porque ni la pobreza, ni la violencia e incluso ni la indignación son nuevas en nuestro territorio. Pero hay que tener coraje para enfrentar cada una. Colombia unida jamás será vencida y eso lo está demostrando.
Por Camila Vidal
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