Si el sol palidece conforme más se aleje
Y ante la luna descansen las luces y el galope de las calles
Si la rutina existe tranquilamente lejos
En una noche que admite únicamente al silencio
Y los océanos se disputen las orillas y los truenos las nubes
La vida descansa y vuelve a armarse
Y aunque los corazones sanan y el amor dispone
Es solo la suerte de quienes duermen
Ayer que por primera vez existió en el cielo el sol de marzo
Y se escapó hacia tu sonrisa torcida
Lo guardaste entre la lengua y solo existió el día en tus besos
Cada quién quiere un poco de tu cielo
Y en este pueblo solo anochece
Se me han muerto de miedo las nubes
Ni soy digno de que en mis labios dibujes amaneceres
Ni que lluevas en mí cuándo decís quererme
Yo camino de puntapié
Esquivando espejos
Desde el último piso
Arrojando mis nombres
Me crujen los huesos en cada paso
Me llueven los ojos con cada mentira
He sido esclavo de las ansias
De despojarme la vida
No son truenos
Sino el ruido de mis cadenas
Más hoy he resuelto
Quitármelas
Mirar hacia el abismo
Regalarte la vida que me sobra
A ti que aún te quedan señales
A ti que eres bella y no lo entiendes
Me escurro en mi tristeza
Y desvanezco las posibilidades
Solo te pido
Que no me lleves flores
Mis páginas están en blanco
Y así las prefiero
No estás llorando
Y así te quiero
Menos mal
que te quiero.
Autor: Juan Pablo Benavides
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