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Moda



Hay tantos temas de los que se puede dialogar, pero hablemos de uno que sea importante; la moda, pero no sólo lo planteemos como ese trapo que adorna nuestro cuerpo y esconde nuestra desnudes o ese objeto que nos llena de estatus y likes, hablemos de lo trascendental que ha sido la moda para la humanidad y su incidencia política, porque sí, la moda es un campo tan importante que llenó de expectativas y metas el vacío que llamamos vida, nos clasificó y nos hizo rondar en la cabeza esa idea de sociedad en lo que todo sencillamente es un acuerdo común en el que relacionamos estética y modos de vida.


¿Qué tan culpable soy de lo que me pasa si mi falda es corta o tengo cuello de tortuga? ¿Es acaso un asunto de méritos ante un enfermo? Quisiera saber cuál es la tabla calificativa que tienen en común el violador y el juez de la república, a la hora de determinar que mi vestimenta es la causa de mi total desgracia, es que yo creía que como cualquier persona tengo toda la libertad de salir como quiera y volver completa.


Mi falda corta, mi escote profundo, mi jean hasta el talón y mi saco gigante, si son un grito político, un grito hacia quién me dijo cómo vestir y actuar, porque ni siquiera el terror de la noche podrá hacerme soltar el ruedo de la falda, porque también me cansé de la condescendencia que conlleva ser una dama, que bien llamada dama no es más que otra esclava de la opinión ajena, del miedo de llevar la contraria, una sumisa.


Pero es sumamente preocupante el lugar que nos quieren dar, nosotras alzando la voz por igualdad, buscando representación donde nunca la ha habido y por fin la conseguimos, pero analicemos, ¿qué mujeres nos están representando? El asunto de ser mujer va más allá incluso que la moda, porque nace de una complejidad desde la identidad, aunque no lo sepan incluso muchas mujeres no tienen útero, pero son mujeres como cualquier otra, sin embargo, el hecho de representar el feminismo va más allá de poner a una mujer en cargos de poder, lo cual los partidos clásicos y sobre todo machistas no entienden, pero sí aparentan. No, no se trata de tener a muchas ocupando puestos, puestos que están a merced del poder de otro, nos llenaron de damas socialmente aceptables que son más que el eco y la representación de lo que tanto odiamos; un sistema podrido.


Necesitamos que las mujeres que lleguen al poder, puedan transformar y aportar a la construcción de un tejido social más justo y equitativo, tanto en temas económicos como de género. Doña Martchis, Cabal o Paloma no nos representan, ustedes damas bien portadas, expertas en distorsionar leyes y realidades, son el eco de los mismo, no son un cambio, son sólo un puesto ocupado, sin voz y sin sentido, son un forro, la apariencia de un partido por verse a la moda, muy moderno y chévere, son un guante que tarde o temprano se le va a ensuciar a la mano negra.


Por: Alejandra Ñañez

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