Barragán tierra de valientes
- Contenido Línea Prensa - El Ágora
- 30 abr 2020
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Mi vieja siempre fue una mujer determinada, quien nunca aceptó rendirse; a ello que su orgullo fue su mejor arma e imbatible guerrero. En reiteradas ocasiones hablaba de la vida y la importancia de nunca flaquear frente a cualquier situación, ella decía “mijito hay que ser verraco en esta vida”. En mi caso, jamás me he considerado hombre de vasta lucha, me es costoso asumir presiones. Quizás valore el hecho de persistir y no desistir, sumamente necesario, pues de esta frase se compone el triunfo de la vida, pero nunca pretendí portar la capa de la valentía y fuerza de mi vieja. Sin embargo, en mi familia todos la cargan, cada miembro acató consejo y siguió a través de las palabras de la viejita.
En la familia persiste esa sustancia o espíritu indomable de fornido carácter, todos en su alma reflejan la naturaleza de la vieja, son clones, una costilla salida de Adán, hasta su viejo con el cual se reunió ya hace un tiempo, también aguardaba aquel espíritu. Entonces no paraba de romper y joder mi mente tal idea, ¿por qué eran tan ella?; de tal palo, tal astilla; pero quién enseñó al palo para después transferirlo a la astilla. En otras palabras, no es referente a los padres, sino donde se originó semejante actitud, en que sitio germinó para cruzar de generación en generación.
Probablemente remonte mi cabeza a Tuluá, ya que por esos lados varios miembros se criaron, tal vez a Caldas, pues en las grandes alturas la vieja nació. No obstante, poco tiempo estuvo en esos lares y su mirada tardó años en dirigirse hacia el Corazón del Valle, por tanto, queda un último lugar, el cual, a 2.900 metros de altura y 71 kilómetros de distancia, yace en el perímetro de Tuluá, pero a su vez está ¡lejísimos, infinitamente lejísimos! de las enormes poblaciones y sus ciudades.
Barragán, de ahí viene la vieja, ahí llego y de ahí se fue hace 51 años. Seguramente la idiosincrasia del pueblo moldeo el comportamiento de ella, seguido de su generación. Pero... quién soy yo para decir esas cosas. Mi familia es de Barragán, así que el derecho de hablar está a mi favor, aunque, solo soy un grano de trigo perdido entre una bolsa de frijoles, una pizca ínfima y repudiable de ese pueblo.
Luego de acostarme bastante tarde, el pútrido sonido de la alarma liquidaba mis oídos; demore un buen rato para levantarme, cepille mis dientes, soporte la fría caída del chorro de agua y rápidamente vestí mi cuerpo. Mi hermano decía, “¡Muévale!” a él no le gusta esperar; de manera que, el carro encendió, mi tío presionó el acelerador y afanados arrancamos. Dentro del carro crecían muchas motivaciones. Adelante, mi hermano y tío organizaban sus ideas e itinerario para visitar cada una de las fincas que dejó la vieja. Atrás mis primos aflojaban los músculos, ya que la jornada se apreciaba agotadora; al igual que ellos yo tenía en mente disfrutar, no obstante, también urgía encontrar las raíces que formaron una pequeña parte de mí, una diminuta pizca de Barragán.
“La vía San Rafael - Puerto Frazadas - Barragán - Santa Lucía es pésima, lo que pasa es que no le hacen mantenimiento cada cinco o seis años, pero vale la pena hacerle mantenimiento todo el año", presidente de la junta de acción comunal de Barragán, Nelson Henao (El país, Julio 31, 2018 - 09:46 a.m.). De 4 a 5 horas se puede estar circulando en carretera, a causa del regular estado de la vía; a Barragán se le llega vivito y coleando, eso sí a costa de un viaje de salto en salto, bastante azaroso y extenso. Han sido largos años de transcurso por el camino que contacta a San Rafael, Puerto Frazadas y Barragán, en épocas del 2018 la gobernadora del Valle del Cauca, Dilian Francisco Toro anunciaba un sábado dentro del conversatorio El Valle está en Vos su fiel compromiso con el campesinado para desarrollar obras de infraestructura, pavimentación de vías y proyectos productivos. En este caso solo recibirán adoquinamiento 4,1 kilómetros del recorrido entre San Rafael y Puerto Frazadas; en mes y medio la pavimentadora estaría trazando una inversión de 9.600 millones. (El país, Julio 31, 2018 - 09:46 a.m.).
La gente en total alarma celebraba, realmente era de suma importancia la adecuación de la carretera, ya que a través de esos caminos muchos camiones cargan consigo productos importantes quedan abasto a las grandes poblaciones. Sin embargo el aviso permanencia en bocas de la mandataria, navegando el aire o perdido en el fondo de miles y miles de papeles, pues en Julio de 2018 la noticia era toda una dicha, en Agosto soportaba la sonrisa, para Septiembre no estaba; por Octubre, Noviembre y Diciembre ya ni contaban sus días, y algunos acortaban la esperanza en camino al siguiente año.

Las curvas de la carretera entre Tuluá y San Rafael eran preciosas, decir que en cierto tramo parecía una tabla completamente lisa, pero en lo que llegamos a esas suaves y perfectas curvas, el viaje se hizo un arrullo. No obstante, el cemento se acabó al arribar en San Rafael, más arriba espera la mera trocha. Sin tanto tardar proseguimos con el viaje, pero sin tanto saber, enseguida la vía estaba ornamentada con trincheras muy profundas y hombres rudos bajo unos cascos junto a maquinaria pesada con terrible poder; solo faltaba el sonido de las balas y bombas cayendo por doquier. Pero quién en su santa vida se dejaría llevar por los cuentos de la imaginación. Resulta que el abre bocas de Julio del 2018 concedido a manos de Dilian Francisco Toro no terminó en el aire o como reciclaje. Las palabras fueron hechos y cientos de trabajadores y máquinas estaban allí en motivo de mejorar la ruta de San Rafael hasta Puerto Frazadas. Serían 4.1 kilómetros los prometidos por la gobernadora, sumando las nuevas 46 alcantarillas que nombraba Andrés Cortés Muñoz ingeniero de la obra, un puente, cuatro muros de contención, ampliación de la vía a siete metros donde son tres metros de carril más 50 centímetros de cuneta. (Diario Occidente Cali, julio 29 de 2019)
Esto aportaría una gran eyección de productividad a la ciudad de Tuluá, ya que la vía San Rafael-Puerto Frazadas es constantemente transitada por muchos productores, por ende, la construcción se convierte en una manera de lograr que el camino sea más ameno y fácil de recorrer. Frente a las buenas nuevas surgían negativas. Los agricultores especialmente reclaman en razón del cierre parcial del camino desde las 7 hasta las 11 de la mañana, continuado desde las 2 hasta las 5 de la tarde; dejando un margen de pocas horas y largo periodo de espera, generando que los productos transportados puedan sufrir severos daños (El Tabloide Publicado el 4 jun. 2019). Ante el descontento, muchos líderes de San Rafael, Puerto Frazadas y Barragán solicitaban a la Gobernadora reducir la brecha temporal, no obstante no ha existido pronunciación alguna.
En agradecimientos a la suerte, el destino, la magia negra y los milagros conseguimos cruzar un camino que parecía vallado y tener pinta de insomnio, más sin embargo para esta clase de situaciones la música es la mejor compañía. A veces enfocar la vista en un solo lugar es tedioso, cuando escalas las montañas notas que no yacen un único punto, sino varios, el paisaje puede ser verde, pueden ser casas, pueden ser aves o puede ser todo y algo a la vez. Una cordillera de dibujos, pinturas y fotografías, es una pasión irrefrenable por tener el mérito de no solo mirarla, sino tocarla y quizás y nada más que quizás robarla. Seguramente las nubes flotando y esa luz divina penetrando a través de ellas hacen de los árboles, plantas y montañas algo simplemente bello.
Cuando Alonso de Ojeda en 1499 puso un pie en Colombia, la plaga española inició su expansión por todo el territorio; despreciando, esclavizando y matando a millones de poderosas tribus indígenas. Sin embargo, ciertos grupos no cedían tan fácilmente, parecidos a tener una piedra dentro del zapato o el chirrido de una tiza sobre la pizarra. Fueron los indios Pijaos descendientes de la poderosa tribu de los Caribes, pueblo de navegantes y valientes guerreros dispuestos a luchar por su merecida libertad. Los indios Pijaos se movilizaron desde la cordillera de central hasta lo largo del Valle del Cauca, convirtiéndose de esta manera en los primeros habitantes de Barragán.

La plaga española en múltiples ocasiones intentó adueñarse de tierras Barragueñas, siendo todas solo intentos, ya que los Pijaos eran hábiles combatientes; ocultándose para luego sorprender ferozmente a sus rivales. Esa ferocidad fue plasmada en sus ataques desde el siglo XVI hasta el siglo XVII contra el imperio español. Finalmente, los Aguerridos Pijaos cedieron frente a la enorme plaga hispánica, quienes además de terminar con sus vidas, también exterminaron todo rastro de su paso por el Valle del Cauca. (Buitrago de Villamizar, García Castillo, Orjuela Russi, A. (1994). Barragán-Santa Lucia, Presencia campesina en el Valle del Cauca).
De esta forma empieza a surgir una larga historia de apropiación entorno a Barragán, desde el general José María Cansino, quien dueño de algunas tierras en Cundinamarca decide entregarlas en beneficio de su hijo Rafael Cansino, el cual las intercambia por los terrenos conocidos como Barragán. Y así se origina una infinita cesión de herencia entre generaciones y generaciones de los Cansinos para más tarde terminar en manos del puberto de 21 años Ruperto Cansino y sus 8 hermanos menores.
Incapaces Ruperto y sus hermanos de guiar los titánicos terrenos en Barragán, debido a su corta edad; los albaceas y tenedores que había dejado su viejo padre Rafael Cansino Rodríguez, (hijo de José María Cansino, nieto de Rafael Cansino y Tataranieto del General José María Cansino), estuvieron en la obligación de administrar Barragán o la gran Hacienda de Barragán. Este Hecho amplió las posibilidades para los inmigrantes oriundos de Antioquia, Tolima y Caldas, ya que sin labor alguna a causa de los cambios en la actividad minera, no hallaron mejor opción que rearmar sus vidas en lo alto de las montañas, con lo cual dio pie a la expansión Antioqueña, Caldense, Tolimense, Boyacenses y cundinamarqueses en cada rincón de Barragán, Puede que a partir de este multiculturalismo, hoy en día la población Barragueña no contenga una identidad, debido a la mezcla de culturas y costumbres.(Buitrago de Villamizar, Garcia Castillo, Orjuela Russi, A. (1994). Barragán-Santa Lucia, Presencia campesina en el Valle del Cauca).
Para la suerte de los recién llegados, cada quien tenía la oportunidad de asentarse donde deseara, dado que nuestro Ruperto o don Ruperto permitía a cualquiera utilizar sus terrenos, ya fuera para cultivar, cuidar animales o edificar su ranchito. En aquellos tiempos Barragán era un lugar inhóspito, el cual paulatinamente se fue desarrollando gracias a los inmigrantes, quienes cultivaron, construyeron fincas y domesticaron los animales salvajes (Buitrago de Villamizar, Garcia Castillo, Orjuela Russi, A. (1994). Barragán-Santa Lucia, Presencia campesina en el Valle del Cauca).
El viento pasaba por ahí, intentaba balbucear alguna cosa alrededor del vacío y su aire era el único en el pueblo, de vez en cuando alguien caminaba o se encontraba inerte mirando...o mirándome ¿este quién es? pensarían los habitantes extrañados al ver mi desconocida presencia; seguramente si nombraba a la vieja u otro miembro de la familia podrían reconocerme como el amigo de tantos años o el vecino del frente. No obstante era más cómodo permanecer con la mirada baja. En Barragán saben quién es quién, los años transcurren, pero las caras son las mismas, varios son los que deciden perdurar su existencia en el pueblito; por tanto, los nuevos invitados son recibidos con mesura y cautela. Claramente hay cierta desconfianza luego de los antecedentes relacionados con la violencia.
Ana Gertrudis en su pila de historias y vivencias recuerda cómo su cuerpo totalmente paralizado, por el terror alcanzaba a percibir el fuerte alarido ocasionado por el caucho de las botas y el sonido de las ametralladoras, que sin disparar a quemarropa se escuchaba como balanceaban su peso alrededor de los cuellos guerrilleros; muy cordiales saludaban a Ana Gertrudis, mujer que en aquellos tiempos estaba a cargo de sus 4 hijos; implora a los cielos y sus Dioses sacarla de semejante aprieto, del cual logró salir bien librada gracias a que ese día satanás se levantaba de buen ánimo. Actualmente la gente respira tranquila, sabiendo que sus sueños ya no tendrán que ver con armas y hombres con ansias de sangre a punto de invadir sus hogares.
Son pequeñas, una que otra supera el común de estatura; rodean el pueblo, bajan y suben la cuesta una tras otra, a veces se acomodan de lado a lado o a la orilla de la carretera. Siempre llevan puesta su clásica y antigua madera, miran a través de unas ventanas muy grandes o diminutas y sus cabezas están repletas de tejas y tejas, el color es lo que más resalta, ya que, siendo tan viejas, nadie olvida que son un modelo para la vista, por tanto, conservan su belleza a través de los tintes que esparce la brocha. En ese clima humilde residen los Barragueños, muchos durante años, otros ya mudados regresan para recopilar viejos relatos.

Aquellas historias revividas en la mente nativa del Barragueño, ocasionan que salga a flote su esencia o sustancia, la cual compone su carácter y alma; en los pobladores continúa circulando la sangre fuerte y voraz de los Pijaos. Capaces de frentear y asumir las duras vicisitudes antepuestas en el camino. Allí la gente desprovista de oportunidades y apoyo gubernamental se ve en la obligación de romper la cárcel de desesperanza, para luchar por lo que necesitan y tienen merecido. Una vida digna, escuela digna, economía digna, hogar digno y comida digna, es lo que cada persona necesita, capaz los Barragueños sufren más para conseguirlo, ya que las condiciones obligan a quebrarse el lomo con el único objetivo de triunfar y ser felices. Unos cuantos logran alcanzarlo a cambio de grandes sacrificios, en otros se desvanece la ilusión y deciden resignarse.
En mi conversación con Nelson Henao (presidente de la junta de acción comunal) el mostraba su descontento ante el olvido de la alcaldía durante largos años, reiteradas veces Nelson reclama la atención de sus gobernantes, a quienes entraban y salían las palabras como si nada. Es sabido que algunas cosas fueron implementadas por cuenta de la alcaldía en Barragán. Junto con la secretaria de bienestar social, fue posible conceder diferentes actividades recreativas y proyectos a la población, en este caso resalta un gran apoyo hacia el adulto mayor y familias en acción, no obstante, y como reitera el señor Nelson Henao y parte de la población, la colaboración es realmente escasa para los campesinos en Barragán.

Sumando a la lista, ingresa la regular atención en salud, dado que los médicos no son permanentes, pues solo uno, está en sus labores una semana para luego recorrer otra semana el vecino pueblo de Santa Lucía. Seguramente no surja un buen auxilio económico en Barragán o la salud cojea en su gestión, sin embargo, pequeñas cosas se han logrado, además la seguridad es muy efectiva y raro es la presencia de algún caso de fuerza mayor; aunque no quiere decir que el cambio haya sido trascendental, es inminente que el poder no olvide a sus campesinos, ya que de su humilde trabajo miles de bocas son alimentadas cada día. (Buitrago de Villamizar, Garcia Castillo, Orjuela Russi, A. (1994). Barragán-Santa Lucia, Presencia campesina en el Valle del Cauca).
Los años más fructíferos para la zona se suscitaron con la producción de trigo, aquel fue el producto pilar de Barragán. Junto con Santa Lucía, el pueblo Barragueño llevó consigo halagos y admiración en todo el país, puesto que representaron a Tuluá como centro triguero más importantes de Colombia, incluso muchos expertos llegaron a manifestar la superioridad que este cereal tenía sobre el canadiense. Por otro lado, crecían productos como la cebada, papa, fríjol, alverja, manzana, duraznos y peras; alrededor de esas épocas Barragán tuvo un enorme progreso que valió para potenciar a la región y su economía. Sin embargo, hasta el 92 ese ferviente e importante medio de subsistencia que fue el trigo, terminó decayendo a causa de su escasa compra por muchas de las grandes entidades. Actualmente el estado económico de Barragán sigue constante frente a la ausencia del trigo; la papa y leche subieron la escala y hoy por hoy son los medios de producción más valorada, sin olvidar a otros medios igual de fundamentales como lo son la ganadería, fresa y alverja. (Buitrago de Villamizar, García Castillo, Orjuela Russi, A. (1994). Barragán-Santa Lucia, Presencia campesina en el Valle del Cauca).
Su mirada es baja, sus pómulos colorados y tiene un rostro cansado, sin embargo, no es vergüenza, inseguridad o dejadez, es alguien que ha debido luchar como el Pijao. Le han quitado, han olvidado quien es y dónde está, pero él no teme, porque sabe que las rocas no son inamovibles. La valentía y determinación circula a través de sus venas y es motivación.

Para nunca rendirse y conservar su fornido semblante. Puede que su esperanza desaparezca y no desee volver de tanto esperar una promesa no cumplida, no obstante, es insistir y jamás desistir, nadie conoce el futuro y el tiempo puede tener buen augurio. Es el Barragueño un ser amable y trabajador, el cual un poco cauteloso abre sin importar sus puertas con tal de ayudar. Así es Barragán, así era mi vieja y así de orgulloso me siento yo, por ser parte de ese gran legado de seres laboriosos y dedicados.
Por: Carlos Pineda
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