La redacción de una cultura

Posees la humedad de los días de invierno El profundo perfume de los días de verano El color de la luna que se cuelga en el cielo Cuando la noche es clara y la besa un lucero Posees la grandeza del amor consagrado El melódico acento de una frase sonora El perfil de un dios que conlleva al anhelo de bendecir al mundo y que a sus plantas se postra Posees el aroma de las flores campestres El más fino silbido de las aves cantoras En ti se refleja la imponente corona digno de un soberano que derrama su honra. Este amor ya no es la mueca de un juego Se ha convertido paso a paso en melodía Si lo has notado, cada instante más te ruego, por la noche eres mi estrella y el sol de día. Este amor ya no es un sueño pasajero, es un poema que gravita en mi memoria Es otra pieza que se mueve en el tablero Y es como un ángel que camina por la gloria Dos formas diferentes de expresión en una cultura, dos formas diferentes de amar con mesura. Ashiteru, con esto te digo que te amo y te respeto, pero también existe el koishiteru, que es una petición de que me dejes vivir a tu lado por todo una vida, melódicas y sinceras palabras, que hacen a mi corazón querer reventar de esperanza. Es usted en mi vida un encanto adorable Reconozco y respeto su divino poder Qué deseo decirle, más bien gritarle Qué si Dios no existiese, mi Dios sería usted Pero a cambio resulta ser la santa y más bella persona Que conduce mi vida con amor Que su yo fuese poeta, le cantase poemas Que calasen muy profundo en su fiel corazón Que es preciso decirle, que mi amor es inmenso Que es un amor tan noble, sin prejuicios, sin llantos, Que es un amor muy grande, muy fragante, que solo se mitiga con la red de sus brazos Al final de la historia, solo resta decirle, que con sus manos divinas cubriría mi rostro, me vería en sus ojos colorcitos de miel y que a su lado tengo lo que nunca me imaginé, un remanso de calma, pureza, y encanto Y le repito, si Dios no existiese, mi Dios sería usted.

Por: Elvis Rosero