“Los Días de la Ballena”: una película sobre la profundidad del arte urbano
- Contenido Línea Prensa - El Ágora
- 15 nov 2021
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En las profundidades del mar se esconden seres únicos e increíbles, tan mágicos que parecen salidos de cuentos fantásticos. Uno de ellos son las ballenas, que con sus cantos y danzas bajo el agua pueden asombrar y cautivar a cualquiera. Su tamaño podría hacerlas parecer peligrosas o agresivas, pero en realidad son seres particularmente sensibles y protectores. Algunos podrían sentirse intimidados por ellas, sin embargo, realmente son prácticamente inofensivas.
Las ballenas tienen un sentido protector tan fuerte que las hace viajar en manada para permanecer juntas y protegerse entre sí. Esta conexión tan especial y cercana con los de su especie (e incluso con otras diferentes) también les ha hecho tener una forma particular de comunicarse. De cierta manera, su sensibilidad y creatividad para “hablar” las hace muy semejantes a los artistas, y al cualquier tipo de arte en general.

Esta relación es aplicada en la película colombiana 'Los Días de la Ballena', dirigida por Catalina Arroyave Restrepo y estrenada en 2019. El largometraje muestra la historia de Simón y Catalina, dos pelados unidos por su pasión por el arte callejero, por el grafiti. Ellos, como muchos otros jóvenes colombianos, encuentran en él un escape a la dura realidad de su barrio y a los problemas en su vida personal.
Ambos personajes frecuentan un pequeño taller dirigido por un parcero suyo: Lucas. Allí desarrollan obras de arte urbano y enseñas técnicas relacionadas con este y la fotografía. También comparten tanto las polas y latas de aerosol, como sus amores y decepciones. Al mismo tiempo, desarrollan el proyecto ‘Maleza’, una cartilla ilustrada que muestra su estilo artístico y versatilidad. Sin embargo, una de sus páginas desata un gran dilema para el grupo, pues contiene una imagen que expone una situación de violencia grave, relacionada con las bandas de extorsión que dominan en la zona. Esto claramente calienta el ambiente y los pone en peligro.
Sus conflictos tienen los ingredientes básicos de la receta: amenazas, tanto directas como una pintada en el muro frente al taller; persecuciones, hostigamientos y varias discusiones entre familiares. Demasiado dolor, que incluso llega a ser físico.
Lastimosamente, esto hace parte del día a día en nuestro país, que cada vez parece menos nuestro, si no de quienes lo desangran. Los principales depredadores de las ballenas, las orcas, atacan en grupo y por los costados; las ballenas tienen más posibilidades de sobrevivir si los demás animales a su alrededor le brindan su apoyo.

Los artistas se deben a eso: el apoyo de sus seguidores y de otros artistas que conecten de la misma manera con sus obras. “El arte es transgresor”, menciona uno de los pelados en la película, y esa es una de las razones por las que dedicarse a él es tan difícil.
En Colombia no nos extraña, trabajar casi en cualquier cosa ya resulta bastante difícil. Pero esa característica, desafiar costumbres y leyes que en realidad no son justas, es lo que ha hecho más difícil ejercer una profesión relacionada con el arte, porque es imposible que sea indiferente, y eso implica una gran carga. Quizá las ballenas y los artistas se parecen también en eso: a pesar de llevar un peso gigante encima, logran avanzar y dejar asombrados a quienes tienen la oportunidad de admirarlos y entenderlos.
Puede que solamente tengamos una oportunidad de ver a una ballena en toda nuestra vida, sin embargo, el recuerdo será tan impresionante que siempre permanecerá con nosotros el recuerdo, nadie nos lo puede quitar. De la misma forma, los murales de resistencia y protesta pacífica pueden ser borrados o pintados de blanco una y otra vez, no obstante el sentimiento siempre seguirá ahí. Intentar callar a alguien que denuncia una injusticia siempre le dará aún más la razón. Lo único que puede borrar ese acto es hacer que lo olvidemos y hagamos como que nada pasó.

En ‘Los Días de la Ballena’ las personas no tienen ninguna experiencia que involucre una ballena de manera literal. Sin embargo, el animal sí aparece en algunas escenas a partir de edición digital, usado a manera de metáfora, pues funciona como un hilo conductor que sufre cambios a lo largo de la historia. Esto permite a los espectadores intuir qué tan fuerte es el sufrimiento de los personajes.
Tristemente, a veces parece que las cosas solamente pueden ser peor. Pero Simón y Catalina logran renacer desde el miedo, la agonía y la violencia. El arte urbano tiene el poder de hacer que eso cambie y no sea lo único que hay en las calles.
No contaré más detalles pa’ que se la vean.
Por: Tata
Muy interesante. Me gusta. Me gustaría que hubieran más escritos sobre las ballenas.