Señor Dolor

Tu causante de sollozos y de sueños rotos,

haces que la vida sea vida.

Haces que de las penas construyamos imperios

Haces que el sol resplandezca más de lo que debería

o que la luna luzca más triste de lo que está cada día.

Haces que envidie que la flor tenga color

y que las estrellas tengan fulgor,

que el mar sea oscuro e insondable y las olas inalcanzables.

Haces que el tiempo se congele

como si se burlara prolongando mi abatimiento.

Haces que la culpa sea la amiga que me abraza

que el sueño se apodere de mi frágil cuerpo,

pues es el lugar exclusivo donde el mundo idílico e intangible

persiste sobre el dolor que acompaña la realidad humana.

Únicamente la desesperanza es el futuro que avizoro.

La lírica es la sutura de mis heridas.

Eres nuestro peor enemigo,

pero si algo puedo asegurar es que mejor maestro no se hallará,

Señor dolor le agradezco por estar y nunca faltar.

Por: Juliana Ocampo